¿Tienes un jefe tóxico? Averígualo.

Hay una etapa oscura en mi vida. Una de la que nunca hablo.

Si te fijas cuidadosamente en mi hoja de vida, te darás cuenta de que hay un periodo como de dos años en que no aparece referencia a que haya estado trabajando, ni estudiando, ni de bienio sabático, ni haciendo nada. Es simplemente un vacío dejado exprofeso en mi carrera.

El peor empleo que tuve 

Fue una época muy dura en la que incluso al reunirme con compañeros de MBA -eventos en que todos con el más avanzado espíritu competitivo, destacaban sus logros profesionales- yo prefería quedarme callado, por causa de un enorme malestar que me causaba mencionar en público que tenía un trabajo tan feo.

Con el tiempo me di cuenta de que el empleo no era feo. La empresa en la cual me desempeñaba tampoco era especialmente odiosa, pero había algo que lo hacía despreciable a mis ojos: La persona que tenía como jefe.

¡Era una cosa muy especial! 

Al principio, cuando entré a trabajar allí yo ya tenía un tiempo en funciones y ambos estábamos en el mismo nivel de jerarquía. Al tiempo de ello, uno de los accionistas me llamó y me pregunto si yo aspiraba a ser CEO de esa organización. Cometí el error de ser sincero: Le dije que no (en realidad no me interesaba) y casi pude ver su cara de alivio,  porque ya había decidido poner como gerente general a la otra persona y le preocupaba que yo fuera a ser un obstáculo.

Cuento corto, la persona nunca creyó que yo no fuera a ser un peligro para ella, procurando hacerla caer en errores para desacreditarla y se dedicaba a hacerme la vida a cuadros a cada paso.

Los peligros de un jefe tóxico

Según la revista Forbes, no hay nada más peligroso que un jefe tóxico. No solo es alguien que infecta el lugar de trabajo, sino que crea una cultura en la que las personas tienen miedo de hablar o pedir ayuda. Con el tiempo, esta toxicidad destruye la confianza de los empleados, impacta negativamente en su trabajo y deteriora su salud mental. 

Un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard descubrió que los jefes tóxicos ocasionaban consecuencias terribles como las siguientes: 

  • 25% de los empleados descargan sus frustraciones en los clientes 
  • 48% disminuyó intencionalmente su esfuerzo laboral e intencionalmente pasó menos tiempo en el trabajo
  • 78% dijo que su compromiso con su organización había disminuido

En mi caso particular, llegué a sentirme tan acosado que recuerdo pensar que el problema era yo, que de seguro estaba haciendo las cosas mal. No lograba entender la razón por la cual esa persona la tenía emprendida conmigo. Al final, simplemente dejé la organización. No tenía otra propuesta laboral ni un plan B. Simplemente ya no lo soportaba más. 

Sin embargo, (y creo que esto es mucho más peligroso para la organización) hay muchas otras personas que deciden quedarse trabajando con un jefe tóxico. Temen no encontrar un nuevo empleo con un salario semejante, no saben como “ocultar” el hueco que una renuncia deja en sus hojas de vida, les falta confianza para buscar recolocarse, entre otras razones. Y entones, deciden permanecer “tirando hacia abajo” la productividad del trabajo y el clima laboral.

¿Tienes un jefe tóxico? Averígualo

¿Qué es lo que caracteriza a un jefe tóxico?. Tengo para una “Lista de comprobación” que puedes utilizar para salir de dudas:

  • No respeta tu tiempo y te pide tener cosas listas en plazos imposibles
  • No prestan atención a lo que les dices
  • Consideran que tus “señales de alerta” sobre lo inconveniente de hacer algo que él propone son evidencia de que no estás entendiendo bien el problema
  • Cambian con frecuencia órdenes que han dado
  • Creen que sus colaboradores son hipersensibles y “lloriquean” todo el tiempo
  • Ex empleados que eran malos cuando estaban trabajando para ellos, destacan claramente en otros lugares
  • Se ven involucrados con frecuencia en discusiones sobre temas irrelevantes
  • Se creen infalibles y no reconocen errores que cometen
  • Se queja del trabajo de su equipo, pero no admite quejas respecto de él
  • Toman decisiones bajo un enfoque reactivo

Si tienes un jefe tóxico, mi primer consejo (por propia experiencia, según habrás visto) es escapar de sus garras. Procura conseguir un cambio a otra unidad y si ello no es posible, plantéate formalmente el dejar la empresa. Claro, no hagas lo que yo hice, saltar por la borda sin saber dónde iba a caer. Organiza un proceso serio y consistente de búsqueda de empleo antes de irte.

Consejos para lidiar con un jefe tóxico

Pero si no sientes que sea un buen momento para abandonar tu empleo, puedes  intentar poner en práctica alguno de los  5 consejos siguientes:

  1. Busca el apoyo de otros: Ten en cuenta que la opinión de tu jefe tóxico es solo eso: Su opinión y no la realidad. No pierdas esto de vista. Para ello, buscar ayuda de otras personas -dentro o fuera de tu organización es siempre conveniente. Procura conseguir un Mentor -gente con mayor experiencia y recorrido- que te ayude a ver las cosas de otro modo y te impida caer en la trampa del desánimo.
  2. Presume la buena fe: ¿Podría ser que como estás mentalmente prevenido en contra de tu jefe, todo lo que hace o dice te parece mal a priori?. Es un escenario que no deberías descartar. Busca a colegas tuyos que trabajen bien con el jefe y trata de descubrir que es lo que hacen ellos que tú no. De que modo perciben ellos las cosas que tú no logras ver. A veces, cambiar de perspectiva ayuda mucho.
  3. Enfócate en las cosas que están bajo tu órbita de control: Mantener controlada a otra persona, especialmente si ella es tu jefe tóxico, es un esfuerzo enormemente improductivo. Concéntrate en mantener control sobre ti mismo. A mí me sirve pensar en esas personas como víctimas de alguna deficiencia y entonces, evito tomarme de modo personal sus dichos o sus actos.
  4. Concéntrate en hacer bien tu trabajo: Se trata de no darle oportunidad al jefe tóxico de convertirte en su víctima. Si te enfocas no solo en hacerlo bien, sino en exceder las expectativas, será mucho más difícil que la persona encuentre por donde “golpear”.
  5. Mantén registros detallados de tu trabajo: Toma nota de todo lo que puedas al cumplir con tu trabajo: Fechas de solicitudes, llamadas telefónicas, preguntas y respuestas, cambios de indicaciones. Cuando lo haces, resulta más sencillo para ti repeler las agresiones de personas tóxicas en el trabajo. Esto hará que el jefe tóxico deje de estar tan al pendiente tuyo, porque ve que es difícil “ganarte la mano”.

Para terminar, ten en cuenta que -al igual que tú- son muchos quienes se preguntan por qué las organizaciones de hoy toleran personajes tóxicos y los promueven a cargos de liderazgo. Ten en cuenta que la mayor parte de estos líderes disfuncionales son muy hábiles al proyectar dentro de una organización su propia imagen sobredimensionada. Suelen ser personas con grandes dotes de manipulación, expertos en moverse en el plano de la política corporativa y unos grandes maestros en siempre culpar a otros de sus errores. 

Es por ello que las organizaciones deben perfeccionar sus mecanismos de “alerta temprana” de personas tóxicas y manipuladoras, para evitar que se incorporen como colaboradores o que sean promovidos a cargos de liderazgo. Hablando de liderazgo…

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