Te aventaron del muelle, no te queda otra que nadar…

Estaba todo listo.
Desde hacía más de tres meses, habíamos quedado con Valeria en que iríamos a verlos para la fiesta del primer cumpleaños y el bautizo de su pequeño. Los boletos estaban comprados, las reservas hechas, los regalos envueltos. ¿Qué podría ir mal?
Pues todo, nada menos.
Llegó la crisis, cerraron fronteras y medios de transporte, cancelaron viajes y encerraron a medio mundo en sus casas. Llegaban noticias cada vez más complicadas: Quiebra de empresas, reducciones de personal, desaparición de negocios.
Para evitar más quiebras, las compañías tienen que transformarse para sobrevivir y eso supone establecer el “Home Office” como la forma predominante para que sus colaboradores se desempeñen.
El gran problema para muchos es que no nos dieron el tiempo suficiente para entrenarnos en teletrabajo y hoy nos vemos casi desbordados por cosas que no existían en la versión anterior de nuestra vida laboral.
Felizmente hay algunas habilidades que nos pueden ayudar a sobrevivir mejor en esta aventura. Toma nota:
Comunicación digital: Así como es muy importante tener habilidades de comunicación interpersonal altamente desarrolladas, el uso extensivo de plataformas digitales nos exige que seamos capaces de desenvolvernos con soltura en ellas. Manejar plataformas de videollamada y videoconferencia, uso de herramientas para compartir información y colaborar es fundamental. Junto con ello, ser capaces de buscar, procesar clasificar y transmitir información adecuada, de fuentes confiables y que sea relevante para los fines. Es importante en esta dimensión, poder convertir además dicha información en contenido de calidad, capaz de generar interés en las personas con las que interactuamos. No menos importante es que tengamos la habilidad de convertir estos contenidos en formatos de audio y videos con los cuales poder optimizar su difusión y comprensión.
“Time Management” o gestión de agendas: Cuando estás trabajando desde tu casa no tienes la posibilidad de “aislarte” como lo hacías cuando ibas a tu centro de trabajo. La casa sigue funcionando como siempre lo hizo y necesitamos desarrollar varias habilidades para que esto no nos reviente en la cara: Establecer horarios para todas las actividades y respetarlos. Renegociar los “contratos sociales” con las personas que viven en tu casa, para que – hasta donde sea posible – se respete horarios y tareas y se promueva una sana convivencia. Por último, pero no por ello menos importante, aprender a gestionar un espacio de trabajo adecuado a las limitaciones que existan, pero que se convierta en un lugar que solo se usa para trabajar y por lo tanto, esté dotado de las instalaciones necesarias:(energía, iluminación, ventilación, acceso a internet, etc.)
Colaboración: Hoy más que nunca, necesitamos de otras personas para hacer nuestro trabajo. Necesitamos “Cambiar el chip” del excesivo individualismo y la autosuficiencia, para abrazar de lleno un nuevo enfoque colaborativo al 100%. Desarrollar las habilidades interpersonales de comunicación, asertividad, empatía y resolución de conflictos se tornan muy importantes.
Adaptabilidad: Partir de la premisa de que uno “ES” algo y no puede cambiarlo, es una magnífica receta para fracasar. El mundo cambió y seguirá cambiando con más velocidad cada vez. Necesitamos asegurarnos que no vamos a quedarnos anclados en memorias y costumbres que ya no funcionan. Ello implica ser ágil para entender el sentido del cambio; ser capaz de tolerar altos niveles de incertidumbre, desaprender con velocidad y aprender cosas nuevas todavía más rápido.
Nada de esto es imposible de adoptar. Se trata de que tengas el deseo de hacerlo y la convicción de que es un camino certero hacia tu crecimiento como persona y como profesional.
Además de estos consejos, es muy importante que entendamos algunas características de los procesos de cambio, sobre todo de los que nos ha tocado vivir últimamente. Tengo un video que habla de ello, precisamente y que puedes encontrar aquí.
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Escrito por Francisco Grillo
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