La segunda flecha o cómo controlar lo que sientes

Las empresas quiebran, los empleos se eliminan, los ingresos de las personas se reducen (las deudas no lo hacen), el confinamiento de hace más duro, las vacunas no llegan…

¿Cómo nos hace sentir todo esto?

No hay que ser muy genio para deducirlo: Preocupados, temerosos, ansiosos, inestables, inseguros.

Una cosa es lo que sucede y otra es lo que tú piensas de ella. Eso ya me lo has escuchado decir varias veces. Sin embargo, es oportuno darle una vuelta más, acudiendo para ello a una conversación atribuida a Buddha con uno de sus discípulos.

Según la tradición, la charla fue más o menos así:

BUDDHA: “Dime hijo, si eres herido por una flecha, te duele?”

DISCÍPULO: “Si Maestro”

BUDDHA: “Y si enseguida eres herido por una segunda flecha, ¿Te duele más que la primera?”

DISCIPULO: “Supongo que sí, Maestro”

BUDDHA: “La primera fecha viene de la vida, es incontrolable. La segunda flecha es la manera como reaccionamos ante la primera”.

¿Qué quiere decirnos esto?

Que debemos tener en cuenta que el cerebro humano es muy dado a distraerse. Mucho más en tiempos de sobreinformación como los que vivimos. Lo más difícil que podemos pedirle hacer a nuestra mente es que se mantenga concentrada sobre algo.

En muy poco tiempo se nos va a ir por las ramas, te lo puedo asegurar. El problema es que mientras se pone a divagar, va a ser presa de pensamientos negativos, que a la larga, son los responsables de tus temores y tu sensación de indefensión. Se desata entonces una reacción en cadena que funciona del modo siguiente:

Miedo-Visión Tubular (solo veo las cosas que alimentan mi miedo)-Soy incapaz de pensar en soluciones- Angustia-Aislamiento- Más miedo…

Y así volvemos a empezar.

Nuestra reacción ante la segunda flecha es muy natural, hay que decirlo. Si nuestro tatarabuelo de las cavernas era atacado por una serpiente en algún paraje rocoso, la siguiente vez que veía un animal así, no esperaba el ataque, salía corriendo. Por lo tanto, esta manera de reaccionar nos sirvió durante siglos para sobrevivir ante las amenazas y las crisis.

Sin embargo, hay veces en que solo te trae más problemas, sobre todo si no te deja encontrar soluciones.

Un rápido plan para mejorar esta situación, tiene tan solo tres pasos:

  1. Mente en calma: Esto quiere decir ser consciente de tus pensamientos. Detectar cuando ellos te llevan por el “mal camino” de la negatividad. Cada vez que descubras que tu mente intenta sumergirse en pensamientos catastróficos sobre el futuro, inmediatamente busca el lado bueno de lo que sucede. Sólo para poner un ejemplo: Sandra tiene un trabajo que le ha reducido la jornada y el sueldo a la mitad y el negocio familiar que tienen con el esposo no camina como antes. Pero ella se fija en que ahora puede disfrutar más al lado de su pequeño, de un año de edad, por tener más tiempo libre. Cuantas más veces hagas este ejercicio de mirar lo bueno, más experto te harás. Es como cualquier entrenamiento.
  2. Mirar por la ventana: Distráete, piensa en otra cosa. Lo que necesitas es reflexionar antes que reaccionar. Al desconectar de la acción, vas a poder tener más tranquilidad para analizar las cosas de un modo más racional y menos emotivo. Se dice que Darwin dedicaba apenas un par de horas al día a la lectura y la investigación y muchas horas a caminar tranquilamente por el campo. Así fue que logró desarrollar su teoría de la evolución de las especies.
  3. Ayuda a otros: Es cierto que hay distanciamiento, pero aún así hay cosas que puedes hacer por otros, que quizás están más complicados que tú. Ponte a pensar en la cantidad de gente que aún confinada, da clases en video sobre temas de lo más diversos. Yoga, danza, cocina, canto, etc. No lo hacen para ganar dinero, obviamente. Tienen una motivación algo más trascendente. Ayudar a los demás te da una sensación de bienestar y de sentido de propósito que te permite ver las cosas de otra manera. Busca el modo como tú puedes ayudar a quienes tienes cerca. No tiene que ser algo muy sofisticado: Compartir algo que tienes con un vecino, hacerle la compra a algún anciano, hacer videollamadas por whatsapp para entretener a los pequeños mientras los padres hacen home-office. “Hay hermanos, muchísimo que hacer”, dice nuestro inmortal poeta César Vallejo.

Si quieres aprender más de cómo prepararte mejor para enfrentar los cambios que la nueva normalidad nos demanda a todos, así como manejar tus reacciones frente a las adversidades, tengo el curso que necesitas: Se llama “Soft Skills para recuperarte: tus primeros superpoderes y está disponible en LOS SKILLS.

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Escrito por Francisco Grillo

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