Una lección importante de los cavernícolas

Urk y Troj eran dos habitantes de una comunidad que ocupaba una caverna en el Pleistoceno, hace dos millones de años.

Pese a vivir en contacto con a naturaleza, no se lo pasaban tan bien como cualquiera creería, dado que ellos tenían la función de conseguir comida para la familia.

En esa época, proveer alimento era una actividad realmente agotadora. Había que salir persiguiendo a lo lejos una manada de mamuts, caminar por varios días, dormir a la intemperie y esperar con paciencia que algún animal joven o excesivamente viejo no pudiera seguir la marcha del resto de la manada.

Solo en ese momento podían liquidarlo y organizar de algún modo el viaje de regreso a casa, cargando los varios cientos de kilos de carne obtenidas.

Lo que ambos habían aprendido de sus ancestros, y de varias decenas de generaciones de cazadores antes de ellos, era que la mejor manera de acarrear la carne era colocarla sobre una cama hecha con ramas y hojas y llevarla arrastrando tras de ellos por cuatro o cinco días de camino, hasta llegar a la cueva de vuelta.

Obviamente, había que encomendarse al sol o a la luna para no encontrarse en la ruta de vuelta con alguna familia de tigres dientes de sable que se comieran tanto a la caza como a los cazadores.

Cierto día, Korg, un muchacho joven que vivía con los cazadores en la cueva, les muestra su invento: Un par de troncos cilíndricos cortados, que puestos entre el suelo y cualquier carga, hacen que sea más sencillo el trabajo de acarreo. Los troncos rodaban y así facilitaban enormemente el trabajo de los cargadores.

Urk y Troj se cagaron de la risa y le dijeron al pobre Korg que se veía más bonito pintando animales en los muros de la cueva, que inventando adefesios inútiles. Que era muy joven aun para decirle a los recios cazadores cómo hacer su trabajo.

Y fue así que Urk y Troj nunca cambiaron el modo de cargar bultos a lo largo del camino, por culpa de algo que pese al tiempo transcurrido, nos sigue complicando la vida a todos: El temor al cambio.

Los cambios en tu entorno laboral pueden ser muy complicados de sobrellevar. Generan confusión, ansiedad, temor y frustración a niveles que nos dejan agobiados. Hay estudios que comparan el nivel de alteración emocional de estos casos con los que sufren las personas que deben encarar la pérdida de un ser querido.

No es raro por lo tanto que hoy, con tantos cambios y alteraciones en las condiciones en las cuales estamos acostumbrados a trabajar, nos veamos enfrentados a emociones complicadas de manejar, derivadas de nuestra incapacidad de asumir adecuadamente los cambios y oponiendo resistencia (a veces inconsciente) a los mismos.

Hay algunas técnicas sencillas de las que puedes echar mano para que el cambio de las condiciones de tu trabajo no te resulte tan complejo de asumir:

¿Cuál es la razón por la que te resistes?: Identifícala. Frente a las adversidades, todos tenemos procesos mentales que activan emociones y reacciones negativas. Solo cuando eres consciente de dicha causa, puedes diseñar un plan para modificar tu actitud. Por ejemplo, al tener que trabajar en remoto, sientes que hay cosas que no conoces respecto del trabajo y temes perder eficiencia porque no tienes cerca alguien a quien hacerle preguntas. Pues bien, enfócate en desarrollar conocimientos y aprender los temas relacionados con esa carencia.

Sé consciente de tus “Creencias de profundidad”. Con mucha frecuencia, tenemos reacciones muy intensas y exageradas debido a que percibimos que las cosas que nos suceden, nos afectan algunas creencias de las que muchas veces no somos conscientes. Por ejemplo, hay personas que necesitan sentir que tienen las cosas bajo control y cuando ello no sucede (Como ahora, con trabajo en casa, mala conexión a internet, falta de un espacio adecuado para concentrarse trabajando, etc.) tienen reacciones explosivas de ira y enojo ante el menor motivo. Si ese es tu caso, oblígate a salir sé tu zona de confort y pon en práctica eso que te genera ira, miedo o stress. Recuerda, la práctica hace al maestro y funciona igual con las emociones. Entre más te enfrentes al monstruo, más fácil será que lo controles. Para saber más de cómo controlar tus creencias y evitar que ellas te hagan caer en trampas mentales, re recomiendo ver el video que tengo aqui

Asume tu responsabilidad: La manera como tu mismo te planteas el problema, es la base del modo como luego te enfrentas a él. Tienes que ser capaz de determinar si frente a los cambios, tu primera interpretación es decir “¡Rayos, empezaron los problemas y todo se va a complicar!”. Recuerda que el sí cambias tu modo de ver la realidad, la realidad cambia. Fíjate si buena parte del problema no está en el modo como tú mismx defines la situación a la que te enfrentas. Las “profecías de autocumplimiento” son eso precisamente: Yo mismo me digo que no voy a poder y efectivamente, soy incapaz de lograrlo.

Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada: Busca el lado bueno de lo que ocurre. Siempre hay oportunidades en todos los cambios. ¿Trabajo en casa? Vas a gastar menos en ropa y comida, perderás menos tiempo en transporte, y podrás ocupar esas horas para algo que realmente quieras hacer.

Con todo, recuperarse bien y rápido de las adversidades, es una soft skill que nos va a hacer mucha falta aprender a dominar hoy. No sé si te contaron, pero estoy regalando un autodiagnóstico para que descubras que tan bien tienes desarrolladas algunas de las habilidades que conforman tu resiliencia. Lo encuentras aquí.

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Escrito por Francisco Grillo

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