Comunícate mejor en épocas de distanciamiento
De seguro ya me lo has oído decir antes. Cuando no tenemos cerca a nuestros interlocutores, la calidad de nuestra comunicación se deteriora.
Se debe principalmente a que los seres humanos desciframos los mensajes que otras personas nos hacen llegar, y no solamente de acuerdo a las palabras que estas utilizan para decirnos algo. Además de dichas palabras, nosotros interpretamos estos mensajes a partir de elementos como el tono de la voz, la velocidad en la que nos hablan, los gestos que acompañan a los mensajes y hasta las posturas corporales.
Por lo tanto, si debido a las restricciones que nos impone la crisis sanitaria, no podemos acercarnos, no podemos vernos de cuerpo entero o tenemos partes de nuestros rostros cubiertos, las personas tenemos serios inconvenientes en decodificar adecuadamente los mensajes. Es decir, no nos logramos entender adecuadamente.
Si a ello le añadimos que las personas están atravesando por situaciones de incertidumbre, cansancio por lo prolongado de la crisis, deterioro emocional por las pérdidas sufridas, entre otros factores; entonces la cosa se pone muy complicada.
Resulta urgente que empieces a mirar la manera como te comunicas en estos tiempos para que así puedas enfrentar adecuadamente todos estos inconvenientes.
Distanciamiento físico, no distanciamiento social
Es muy importante, especialmente en estos tiempos, recordar que, aunque se espera que mantengamos nuestra distancia física de los demás, resulta fundamental que mantengamos nuestras conexiones sociales. Las conexiones sociales son increíblemente importantes para todos nosotros, seamos niños, jóvenes, adultos o personas mayores. Nos ayudan a conectarnos con un mundo fuera de nuestro hogar, a comprender que no estamos solos en nuestros desafíos y a mantener relaciones con quienes amamos y cuidamos.
Por supuesto, ahora estas conexiones probablemente se realicen a través de una pantalla. Pues bien, para asegurarnos de que seamos capaces de mantener y hasta fortalecer nuestras relaciones en estos tiempos, toma nota de los siguientes consejos, que tomé de un artículo escrito hace poco por Emily Mendez (1).
¿Con quién deberías conectarte?
No solo con la gente que vive contigo, es muy importante hacerlo también con otras personas.
Si estás pasando por una cuarentena sin compañía, asegúrate de comunicarte con alguien, por mensaje de texto, videollamada o llamada telefónica, al menos una vez al día. Está bien ser vulnerable y pedirle a tus amigos o familiares que se comuniquen contigo durante la semana. Los seres humanos están orientados a las relaciones por naturaleza, por lo que es muy probable que tú no seas el único que se beneficiará de una interacción virtual regular.
También es importante conectarse con las personas que pueden sentirse incómodamente cercanas en este momento. Si estás en cuarentena con tus padres, pareja o compañero de cuarto, asegúrate de comunicarte de manera eficaz con ellos en lugar de simplemente “existir” cerca de ellos.
Técnicas de comunicación para épocas inusuales
Maneja bien tu tono de comunicación
Es muy importante tener en cuenta que todos comunican sus sentimientos de diferente manera durante los momentos estresantes. No te tomes como algo personal si las personas en tu vida parecen “cerradas”. No, es necesario “caminar de puntillas” alrededor de tu amigo o familiar que se niega a abrirse contigo. Sin embargo, también debes reconocer que no todo el mundo habla a su manera a través del estrés.
Desde épocas ancestrales, los seres humanos podemos tener dos tipos de reacciones diferentes frente a situaciones que consideramos peligrosas: Pelear o huir. Entonces, no debe causarnos sorpresa que situaciones de alto estrés como las que nos ha tocado vivir, desencadenan reacciones que en apariencia resultan difíciles de explicar: Me quiero acercar, pero rehúye. Quiero hacerla sentir bien, pero pelea conmigo. Son reacciones condicionadas por este fenómeno.
Lo importante aquí es que te sientas libre de expresar tus propios miedos, esperanzas y ansiedades en el momento presente. Además, deja en claro que comprendes si los demás aún no están listos para hacerlo.
Válete de “Actos de servicio” para comunicarte mejor
Por ejemplo, si tú y tu pareja se han encontrado haciendo malabares con el trabajo y el cuidado de los niños en cuarentena, los actos de servicio pueden ayudar a suavizar algunas de las turbulencias. Tener una taza de café lista para tu pareja cuando se despierte podría significar más de mil palabras en una mañana agitada. No tengas miedo de comunicar tareas específicas para las que necesitas ayuda. Es posible que la persona que vive contigo no sepa instintivamente cómo “aligerar su carga” de una manera que sea útil. Usar un tono positivo y no acusatorio al vocalizar tus necesidades es una excelente manera de activar una mentalidad de equipo.
Elige con cuidado las palabras
Un millón de ideas pueden pasar por nuestras mentes cuando estamos ansiosos. Puede ser tentador decirle a alguien que sus miedos son infundados, extravagantes o “locos”. Esto solo aumenta los sentimientos de ansiedad e incomodidad. Es importante reconocer los sentimientos de quienes te rodean, incluso si ves una realidad diferente. Todos sabemos que decirle a una persona ansiosa que se “calme” es lo peor que puede hacer.
¿Y si eres tú el que se siente ansioso? Es razonable pedirle a un compañero o amigo que escuche sin comentar. Existe una buena posibilidad de que la persona con la que te estás desahogando quiera “solucionar” el problema y se lance a darte consejos. Lo puedes evitar si les haces saber con anticipación que solamente quieres hablar de tus temas para así sentirte mejor. Que si tan solo te escucha, te estará ayudando mucho.
Intercala frases o palabras positivas
¿Por qué no inventar un mantra positivo para usar en su hogar o círculo profesional? Incluir palabras positivas en una conversación te beneficia tanto a ti como a tu oyente. ¡De hecho, está comprobado que elegir palabras positivas cambia nuestra forma de pensar y nuestro desempeño! La razón para ello es que tu cerebro cree al pie de la letra lo que le dices. Si lo fuerzas a usar palabras positivas con frecuencia, tu mente se encargará de que estas palabras y su significado estén más a la mano, cuando haga falta.
Así cuando necesites explicarte o explicar a otros lo que está sucediendo, recordarás las palabras positivas más fácilmente. Aún los inconvenientes más graves te parecerán más fáciles de resolver.
Si quieres acostumbrarte a pensar en positivo, prueba hacer el siguiente ejercicio:
- Haz una lista de palabras y emociones positivas. Si no estás seguro de cuáles son, busca en Google “Lista de palabras positivas” (Beneficio, éxito, novedad, genial, excelente, etc.)
- Anota varias palabras en tarjetas, una en cada tarjeta
- Corta cada ficha por la mitad, cuidando que el corte sea entre sílabas (Bene-ficio; Exce-lente)
- Mézclalas con otras, como si fueran un mazo de cartas
- Vuelve a ordenar las palabras en el sentido correcto
Al hacer este ejercicio, tu mente se verá obligada a pensar en muchas palabras positivas, eso hará que las tenga más presentes la próxima vez que lo necesites.
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