5 estrategias para vivir el presente y disfrutar cada momento

Nuestro hogar no está en el pasado ni en el futuro. Está en el aquí y el ahora. La vida está disponible solo en el momento presente. Es lo único que realmente tenemos y en donde vivimos

La atención plena (también se le conoce como “Mindfulness”) es la energía que nos ayuda a reconocer las condiciones de felicidad que ya están presentes en nuestra vida. No tienes que esperar diez años para experimentar esta felicidad. Está presente en cada momento de tu vida diaria. Aunque no lo creas, algunos de nosotros estamos vivos, pero no somos conscientes de ello. Pero cuando inhalas y eres consciente de tu inspiración, entras en contacto con el milagro de estar vivo. Por eso la atención plena es fuente de felicidad y alegría.

La mayoría de la gente es olvidadiza; en realidad, no están allí la mayor parte del tiempo. Su mente está atrapada en sus preocupaciones, sus miedos, su ira y sus arrepentimientos, y no son conscientes de estar allí.

Ese estado del ser se llama olvido: estás ahí, pero no lo estás. Estás atrapado en el pasado o en el futuro. No vives en el momento presente. Eso es olvido.

Lo opuesto al olvido es la atención plena. Es cuando estás realmente ahí, en cuerpo y mente juntos. Inhala y exhala conscientemente, trae tu mente de regreso a su cuerpo y está allí. Cuando tu mente está ahí con tu cuerpo, estás establecido en el momento presente. Entonces podrás reconocer las muchas condiciones de felicidad que hay en ti y a tu alrededor, y la felicidad surge de forma natural.

Cómo desarrollar la atención plena

Ten en cuenta una cosa a la vez
La atención plena requiere una atención enfocada conscientemente hacia una idea, sentimiento o sensación mantenida en la conciencia. No se puede ser consciente de varias cosas a la vez, ya que la atención plena significa prestar atención deliberada a cada pensamiento, sentimiento o sensación que surja en tu experiencia. Practica el desarrollo de la conciencia plena de una sola cosa en un momento dado.

Quizás eso signifique ser consciente de un dolor de espalda, notar con plena conciencia su presencia … no tratar de juzgar el dolor como “bueno” o “malo”, sino más bien darse cuenta de lo que es y permitir que esto sea suficiente. Quizás estar atento a una cosa en el momento signifique dedicar toda tu atención consciente a una sensación de somnolencia. Observa todas las sensaciones físicas que acompañan a esa sensación de sueño. Da la bienvenida a todos los aspectos de la realidad del momento presente en tu plena conciencia.

No juzgues
Cuando practicas la atención plena, no estás activamente resolviendo problemas ni buscando soluciones. Se trata simplemente de observar tu experiencia en el momento presente con curiosidad, apertura, aceptación y amor. Cuando eliges cultivar tú yo observador mediante la práctica de la atención plena, también estás tomando la decisión de dejar de lado temporalmente la necesidad de cambiar, luchar o negar cualquier aspecto de tu experiencia. En un estado de verdadera atención, te abstienes de emitir juicios sobre tu experiencia, no importa cuán dolorosa (o maravillosa) pueda ser … Simplemente la dejas ser.

Sé consciente del momento
Elige observar completamente lo que está sucediendo en tu experiencia interna y externa en este momento. Deja ir la necesidad de concentrarte en el pasado o en el futuro y lleva tu plena conciencia a este momento en el tiempo. Reconoce que el tiempo dedicado a pensar o preocuparse por el pasado es inútil. El pasado se fue. No hay nada que puedas hacer para cambiar nada de eso. El futuro aún está por llegar. No hay nada que puedas hacer para alterarlo mágicamente. La verdad es que siempre es ahora. La forma en que puede “cambiar” el futuro es eligiendo pensamientos y comportamientos en el momento presente que traerán consigo el futuro que deseas. Cuando llegue el “futuro”, volverá a ser “ahora”. Deja ir el pasado y el futuro… son ilusiones.

Concéntrate en tus sentidos
Practica la aplicación de la conciencia plena a todos los aspectos de tu experiencia corporal. Observa atentamente lo que ves, oyes, saboreas, sientes y hueles. Empieza a notar pequeños aspectos de tu experiencia sensorial que normalmente pasas por alto. Elige dirigir tu atención a los olores sutiles en el aire, los sabores de alimentos nuevos y familiares y los sonidos que te rodean. La idea detrás de dirigir tu conciencia consciente hacia las experiencias de sus sentidos es ayudarte a ponerte en contacto con aspectos de tu experiencia cotidiana que generalmente tienes desconectados.

Observa todos los aspectos de tu experiencia sentida sin juzgar nada de ella. Ábrete a la comodidad y la incomodidad. Cuando dejas de intentar evitar las cosas que te incomodan, pierden su poder sobre ti. Cultiva una actitud abierta, curiosa y suave de atención plena hacia lo que percibes y sientes. ¿Cómo cambia tu experiencia a través de la aceptación consciente de ella tal como es?

Describe tu experiencia
Empieza a practicar la descripción de tu experiencia interna y externa con el lenguaje. Una vez que te sientas más cómodo al darte cuenta de todos los aspectos del momento presente, pon palabras a lo que observas. Describe las cualidades de tu conciencia en el momento presente: De tus pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales. Evita usar lenguaje crítico o describir lo que “deberías” pensar o sentir. Simplemente describe lo que piensas y sientes. Si te sientes aburrido, de mal humor o infeliz, describe atentamente las cualidades de esta experiencia. Permítete pensar y sentir tal como lo haces.

Una vez que comiences a notar, describir y aceptar de manera realista tu experiencia del momento presente tal como es, tendrás el poder de tomar nuevas decisiones y desarrollar nuevos patrones de comportamiento. Si tu patrón habitual es luchar contra tu experiencia o negar las cosas que te resultan incómodas, elige romper este patrón aceptando plenamente lo que estás pensando y sintiendo. Simplemente aceptar lo que normalmente no aceptas es hacer algo diferente. La elección de actuar de nuevas formas es el comienzo de liberarse de sus viejos patrones y avanzar hacia la vida que deseas llevar.

Escrito por Francisco Grillo Arciniega

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